Según te adentras en el barranco, te olvidas de que estás a 45 minutos de Valencia. El paraje es húmedo y rico en flora, y según caudal pasaremos casi toda la experiencia dentro del agua. Por su facilidad de acceso y su fama, puede haber aglomeraciones en fechas punta.

En unos minutos bajamos al barranco y enseguida encontramos el primer salto (según condiciones), y un pequeño rápel que nos servirá para practicar. Nadaremos un poco por el cauce del barranco y en breve llegamos al segundo rápel, donde según condiciones podremos lanzarnos por el tobogán lanzadera y hacer algún salto de hasta 9 metros (opcional).

A partir de aquí, encontramos la parte más bella, en la que no pararemos de entrar y salir del agua, disfrutando de destrepes, saltos y juegos, descubriendo caprichosas formaciones.

Finalmente, llegamos a una zona de baño, donde encontraremos un último salto de 5 o 7 metros y el plato fuerte, un sencillo pero espectacular rápel volado por una preciosa cascada de 25 metros.
Hecho el último rápel, solo nos quedará volver a los coches dando un paseo.