Este fin de semana hemos tenido la curiosa experiencia de realizar un “rescate a distancia”, y quisiera compartirlo, ya que es una situación que se presenta muuuuchas más veces de lo que creemos.
Como cada fin de semana, varios grupos de personas se alojaron en el complejo turístico de La Presa del Corindón, un alojamiento en un espectacular entorno a 3 km de Chulilla, y cuyo gerente suele tener a bien ofrecer nuestros servicios de guiado y actividades a sus clientes.
Un pequeño grupo optó por hacer la ruta de los puentes colgantes con nosotros el sábado por la tarde. La ruta fue estupenda, con perfecta temperatura, tiempos… Volvieron encantados.
Una pareja, vamos a llamarles Pepe y Pepa, sin embargo, no consideró necesario un guía y optó por hacer la ruta por su cuenta.
Casualmente yo estaba de cena familiar en Valencia, cuando me llama a las 22:30 el gerente, Santi.
“- Jonathan, tengo unos clientes que me acaban de llamar diciendo que se han perdido”.
“- Pásame su número y que no se muevan”.
Con mi experiencia en montaña, no quité importancia al asunto, y a pesar de lo feo que es estar en una cena atento al móvil, me interesé por su situación.
“- Buenas tardes, Pepe, soy Jonathan, guía de montaña de Chulilla. Entiendo que no sabéis dónde estáis. ¿Puedes enviarme tu ubicación por WhatsApp?”
No tardé ni 10 segundos en saber dónde estaban y qué desvío se habían saltado.
“- Ok, te voy a enviar la ubicación del desvío, tendrás que volver atrás unos 20 minutos y meterte hacia dentro del barranco. ¿Cómo vas de batería? ¿A parte de perdidos, estáis bien, tenéis frío o algo? ¿Tenéis otro móvil por si te falla este? ¿Tenéis un frontal?”
“- Tengo el 50% de batería. Estamos bien, solo que totalmente desorientados, no tenemos frío, ni otro móvil, ni frontal”.
“- Toma nota de que a partir de hoy, siempre un frontal en la mochila, Pepe”.
“- Si es que hemos salido a las 18, no necesitábamos frontal”.
Han salido a las 18 a una ruta de 5 horas. No me salen las cuentas.
Pepe y Pepa encontraron fácilmente el desvío, pero una vez les tocó progresar por dentro del barranco, no avanzaban.
“- Esto no parece una senda”.
“- Vuelve a enviarme tu ubicación”.
Resulta que en vez de orientarse con el maps, lo que hacían era darle al “cómo llegar”, y lo que hacía el gps era llevarles de vuelta a la pista principal. Si por maps fuera, les quedaban 4 horas de ruta.
“- Vais bien, aunque no lo creas. Envíame tu ubicación en tiempo real y si te desvías de la ruta, te aviso”.
De noche, las cosas se ven muy diferentes. Lo que de día es un trayecto fácil de seguir, de noche parece que vayas totalmente campo a través. Se notaba que los nervios se iban apoderando de ellos.
Ha pasado una hora intensa tratando de explicarles cómo llegar a una senda ya más evidente. Vuelvo a interesarme por la batería del móvil de Pepe, la única luz de la que disponían. Estaba al 20%.
“- Escucha, Pepe. Si te quedaras sin batería, quédate quieto donde estés en ese momento”.
“- ¿Y esperamos ahí hasta que amanezca?”
En ese momento me doy cuenta de que ellos se están sintiendo realmente en una situación crítica, y habían asumido la posibilidad de pasar la noche allí. Estamos ya en septiembre y por la noche en Chulilla refresca bastante. Apuesto a que van en manga corta sin ningún tipo de abrigo. No iba a ser una noche agradable.
“- No, hombre, no. Vamos a hacer lo siguiente: pon el móvil en modo avión para ahorrar batería. Si llegáis a Chulilla, avísame. Si no, yo dentro de una hora llego a Chulilla y puedo ir a por vosotros”.
Recibo su mensaje.
“- Ya estamos en Chulilla, muchas gracias por la ayuda. Si te tenemos que pagar algo, dímelo”.
Ni se me había ocurrido la posibilidad de que me pagaran, pero me hizo pensar en las personas que sí me habían contratado la ruta esa tarde, y en realidad es bastante injusto que me haya fastidiado la cena y me haya quedado despierto hasta altas horas (suelo despertarme a las 6), cuando ellos tuvieron la posibilidad de contratar la ruta como los demás y no lo hicieron.
Esta situación o muy parecida, ocurre cada semana en multitud de lugares. Esta vez no tuvo mayores consecuencias gracias a varios factores:
No obstante, aunque el resultado haya quedado en una anécdota, debemos repasar varios errores importantes:
Mucha gente no distingue un paseo de una ruta senderista, y sobreestima sus capacidades. Luego vienen los sustos.
Si sales al monte un par de veces al año, mi consejo es que contrates un guía. Además de garantizar tu seguridad, aprovecharás más la ruta con una preparación idónea, explicaciones de cosas que sin un guía nunca hubieras sabido…
Si sales todas las semanas a la montaña, fórmate. En nuestro curso de técnicas de supervivencia aprenderás orientación con mapa y brújula o a través de la identificación del terreno, además de cómo preparar tu mochila o cómo, en caso de necesidad, construir un refugio para pasar la noche.
Y si quieres vivir una experiencia increíble acompañado de guías expertos, consúltanos para unirte en nuestra próxima experiencia de supervivencia de 2 o 3 días.