Abril de 2021. Me contactan contándome que quieren hacer nada menos que una ferrata en Chelva. «¿Chelva? ¡Dime que se podría hacer en el Pico del Remedio!» Yo había estado escalando allí y sabía de lo espectacular de esa pared que, más allá de sus 100 metros de altura, ofrece vistas a más de 100 km a la redonda, con buitres a tu alrededor y una atalaya musulmana en la cima.
2 años y medio han pasado desde que empezó a gestarse la idea; concepción, permisos, elaboración del proyecto y finalmente ejecución de la obra mano a mano con la empresa instaladora Senderos 21 y sus instaladores Adolfo y Xavi.
La instalación nos ha regalado momentos épicos, como el conseguir pasar el cable de la tirolina al otro lado del barranco utilizando arco y flechas.
Para recorrer esta ferrata aparcaremos en el parking del Santuario del Remedio, un lugar muy especial, donde hay unas instalaciones fantásticas para «campers» e incluso un bar que desgraciadamente actualmente está cerrado. En caso de ir en 2 coches, podemos aparcar uno en la cima y ahorrarnos el descenso, si bien no se hace pesado. En caso de aparcar un coche arriba, es muy importante no molestar al guarda forestal, recordad que su trabajo es muy importante.
La aproximación se hace por senda, aprovechando la senda PR (marcada de blanco y amarillo). El comienzo está señalizado, de hecho tenemos aquí un cartel con toda la información de la ferrata, y basta con seguir las marcas hasta un desvío señalizado, y en un par de minutos estamos al pie de la ferrata. Son 15 minutos de subida, ya disfrutando de hermosas vistas.
El comienzo de la ferrata es muy sencillo, ideal para que quienes se inician en esto empiecen a manejarse con disipador y demás. Nos llama ya la atención la calidad de los materiales utilizados (resina, grosor del cable…) El recorrido nos llega a cruzar una grieta entre rocas, un paso curioso, pero lo interesante viene después de esta grieta, ya que de repente pasamos a rodear un gendarme de roca, exponiéndonos súbitamente a la altura del lugar (y sus vistas).
Rápidamente llegamos al PUENTE COLGANTE, el cual disfrutaremos por su fotogenia. Los peldaños de «tramex» nos permiten ver el barranco bajo nuestros pies y el puente está tenso en su punto justo para que sintamos que seguimos en una actividad de aventura.
Una pequeña subida nos lleva a uno de los puntos clave de la ferrata: la TIROLINA de 50 metros. Nos hemos esforzado mucho en hacer una tirolina bonita, emocionante y a la vez segura. Es importante disponer de una polea de alto rendimiento, tipo Petzl Speed, y de un sistema de alargue de nuestro disipador (ideal un anillo de cinta de 120 cm) para el cable de seguridad.
Después de la tirolina viene una de las secciones que más están gustando de la ferrata, por su concepción, ya que nos permite elegir el nivel de dificultad, entre fácil y difícil, permitiendo incluso que un mismo grupo se divida aquí y se vuelvan a encontrar más adelante.
La opción fácil (K2) supera unos tramos de grapas fáciles pero entretenidos, mientras que la opción difícil (K5) supera algunos desplomes y tramos prácticamente sin grapas, por lo que los conocimientos de escalada y una buena forma física serán muy útiles.
Estas 2 opciones se reúnen en una zona de transición, equipada por seguridad con línea de vida, pero se vuelven a bifurcar para volver a dar 2 alternativas: nivel medio o nivel muy alto.
La opción de nivel medio (K3+) nos llevará en progresivo aumento de la dificultad hasta llegar a una travesía de vértigo donde tendremos que buscar apoyos de pie en la propia roca.
La opción de nivel muy alto (K6) nos lleva a una escalada donde la primera grapa aparece a más de 10 metros del comienzo. Superar este tramo sin utilizar el cable de la línea de vida supondrá un reto para muchos, pero recordamos a los que no estén sobradamente preparados que sería recomendable utilizar aseguramiento con cuerda tipo escalada, para evitar caídas.
Una instalación de rápel nos permite asegurar este tramo, así como bajar y repetirlo, además de disfrutar de un precioso y fotogénico rápel.
A continuación se vuelven a reunir ambos recorridos para regalarnos un maravilloso puente mono donde disfrutaremos de una increíble sensación de altura, compartiendo espacio con los buitres, que pasan tan cerca que de repente te sientes Gandalf y que puedes saltar encima de uno de ellos y utilizarlo para bajar.
Un último tramo sencillo nos lleva, rodeando la Atalaya cimera para que no la pisemos, a la cima del Pico del Remedio, ¿a qué montañero no le gusta hacer cima después de una escalada? y disfrutar de esas vistas a 360º alrededor.
El descenso se hace por la misma PR que subimos, en la que se ha instalado un cable en un tramo para ayudar al descenso.
Por supuesto, recordar a todo el que quiera visitarla que debe disponer de los conocimientos (sobre todo), el material obligatorio y un seguro de accidente. Otra opción es recorrerla con la tranquilidad de ir acompañado de guías profesionales, y además los mayores conocedores de esta ferrata, los de Serranía Aventura. Puedes reservar pinchando aquí:
Si tienes todo lo demás, pero necesitas algún elemento de material, también es posible alquilarlo y recogerlo en nuestro local de Chulilla, que prácticamente os pilla de camino. Pincha aquí para más información o reservar:
Y si lo que te falta son los conocimientos para solucionar cualquier situación en una ferrata, también puedes adquirirlos en nuestro curso específíco de progresión y seguridad por vías ferratas. Pincha aquí para más información o reservar:
La instalación está abierta al público, exigiéndose, eso sí, utilizar el material adecuado indicado en los carteles y disponer de un seguro de accidente y rescate.
Por último, solo nos queda desear que la disfrutéis, pediros precaución, especialmente ahora que ha pasado poca gente y hay mucha piedra suelta, y estamos a vuestra disposición para cualquier duda o sugerencia que tengáis.