Como me dijo un día la leyenda de la escalada Pedro Pons, «las vías pertenecen a aquellos que las han escalado».
Pensamos que hay cosas que nunca cambiarán… Cuántas veces no habremos dejado un proyecto a medias con la frase «la pared seguirá ahí». Pues no siempre se cumple. Recuerdo una increíble vía de la Grande Grotta de Kalymnos, Trella, con su enorme estalactita de más de 3 metros a la que te abrazabas y subías por ella como un koala. Me dio mucha pena saber que dicha estalactita había caído.
Para muchos, entre los que me incluyo, la Peña María representa mucho más que una pared de roca. Son muchos recuerdos, alegrías, proyectos inacabados (como la cresta que había empezado a equipar junto a mi padre)… La Peña María era uno de esos lugares en los que perderte cuando necesitas encontrarte a ti mismo.
No quisiera frivolizar. Por supuesto que la DANA tuvo consecuencias mucho más graves. Pero han pasado unos meses y toca «hacer inventario» o recuento de daños. Había escuchado rumores sobre Gestalgar, pero la realidad es mucho peor de lo que imaginé…
La escalada en Gestalgar contaba con dos zonas principales, Peña María y la Presa Vieja, y algunas zonas menores, como Fuente el Prau, Espartano y Asentamiento Celta, y algunos pequeños rincones como Los Siete Pisos, Villa Culebra o Krypteia. Pasemos a repasarlos:
Si uno piensa en cómo se formó el desplome de Peña María, se imagina al río Turia arañando su base durante miles de años. Los sedimentos fueron apartando el agua de la pared, dejándonos esa preciosa playita donde tan a gusto se estaba, alternando escaladas y baños. Pues, como suele decirse, la naturaleza siempre vuelve a su curso, y lo peor no es que el pie de vía esté inundado, sino que es el nuevo cauce del río, por lo que me temo que hemos dicho adiós a sus aproximadamente 45 vías para siempre, incluyendo las famosas vías de largos «No a la guerra» y «Matadomingueros».
La cómoda explanada de enfrente de la Peña María era lugar habitual para furgos y caravanas. Eso tardará en volver, ya que han reventado tanto el puente que cruzaba el Turia junto a la central hidroeléctrica (por cierto, diría que destruida para siempre también), como el del barranco de Gabaldón, obligándonos a aparcar antes de la fuente del Morenillo, también cambiada a peor (también ha caído el puente que nos permitía llegar al caño a coger agua).
La famosa fuente de la Peña María se ha salvado, aunque la zona ha quedado bastante destrozada. Para acceder, actualmente hay que ser bastante ágil o mojarse, ya que la senda está en varios tramos inutilizada.
Para acceder a la Presa Vieja sin mojarnos tuvimos que volver al pueblo y aparcar cerca de la malograda «playa fluvial», que dudo mucho que vuelva algún día a ser lo que era. Por buscar un lado bueno, el río está mucho más despejado y el nuevo cauce proporciona (mientras las cañas no se vuelvan a adueñar de él) innumerables nuevas zonas de baño a lo largo de la ruta.
A la zona de la Presa Vieja, que se aparcaba bajo las vías, ahora cuesta unos 40 minutos llegar, por una senda a tramos bastante complicada, de hecho nos encontramos la típica barrera que habrá puesto el Ayuntamiento para eximirse de responsabilidad en caso de que a alguien le pase algo.
Todas las vías de la izquierda, unas 30, están ahora situadas también sobre el propio río Turia, por lo que dudo mucho que se puedan volver a hacer. Quedan unas 15 vías fuera del agua, aunque en muchas ha colmatado tantos materiales que la primera chapa está a medio metro del suelo, con lo que no sería recomendable su escalada (la distancia de la segunda a la tercera es excesiva para ahora ser la primera y la segunda…)
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